miércoles, septiembre 07, 2005

Practicando Coching en Lopagan

El coching es un deporte bastante extendido entre los pueblos pequeños de España. Cuantos menos habitantes tiene el pueblo más aficionados hay en él a este deporte, aunque pueda parecer paradójico. Es muy conocido por gente de todas las edades, ya que es bastante fácil practicarlo, ni siquiera hace falta realizar esfuerzo físico. No es comparable al ajedrez, ya que en este deporte ni siquiera hace falta realizar un esfuerzo mental...

El estilo de juego es sencillo. Es preciso tener una silla, mejor aún si es una mecedora (si quieres practicarlo en la forma más clásica). Y, aunque sea más difícil de conseguir en estos tiempos, debes tener una casa con un portal que dé a una calle. Debes sentarte y esperar a que pase un coche, momento en el que lo miras, con una cara carente de expresión (valga la rebuznancia), mientras pasa a tu lado, hasta que se aleja. En este momento puedes optar por volver a tu estado de mutismo y bloqueo mental, habitual al practicar este deporte (en este aspecto se asemeja a la pesca), o puedes lanzar algún comentario sarcástico con el fin de divertir a tu acompañante o de poner a prueba tu agilidad mental.

Este es el coching básico, realizado en pueblos. Pero en el verano surge otra nueva forma de hacerlo, ya que las calles que rodean las casas de la playa hay una fauna tan variada que la práctica de este deporte se convierte en un auténtico placer. También puedes acompañar con la toma de un granizado de limón del Mercadona o la lectura de una revista. La calle que pasa por mi casa es bastante buena, ya que aparte de coching se puede practicar personing (deporte federado desde 1982), que es una variante del coching en la que se observan pasar viandantes en lugar de vehículos. Este último deporte es más entretenido, ya que puedes ver a la gente con más claridad, con lo que puedes lanzar comentarios sarcásticos ofensivos de una forma más precisa.

Este verano me he propuesto practicar estos dos deportes a nivel profesional, gracias a mi privilegiada posición (os recuerdo que vivo en segunda línea de playa, bastante cerquita de la famosa Curva de Lopagán), e iré anotando mis experiencias en este diario, para que el resto del mundo pueda apreciar la belleza de esta absurda forma de perder el tiempo.


Mis días de coching en Lopagán

Sábado 6: El festín de la grúa

Es sábado por la noche, y no he salido de fiesta. Aprovecho esta estupenda oportunidad para comenzar la temporada de coching. La grúa no para de llevarse coches, se están poniendo las botas. Un espectáculo de luces seguidas de coches remolcados impera en mi calle. Es bastante bonito ver cómo un coche es atrapado por una grúa. Es incluso más impresionante que las persecuciones a cámara lenta de un guepardo a una gacela, de esos que se ven en el Discovery Channel, os lo aseguro. De vez en cuando se ven luces, la grúa está cerca, en ese momento se desata el pánico. Un pobre gárrulo (garrulae vulgaris) corre despavorido para proteger a su cría motorizada del cruel ataque de la grúa. Al rato pasa un coche que se para a mis espaldas (también se puede hacer coching de espaldas, pero sólo si eres muy crack), y una garrula asoma cabeza, cuarto y mitad de teta, y kilo y medio de maquillaje, por la ventana del buga:

- Oye, ¿sabes si la grúa se lleva los coches? - pregunta

La respuesta es obvia, las grúas se hicieron para eso, para llevarse los coches, pero como la chiquilla debe referirse a mi calle en concreto le ofrezco mi más sincera respuesta:

- Pues están toda la noche pasando por aquí, ya se han llevado unos cuantos, pero hay algunos aparcados, puede que la grúa no vuelva a pasar por aquí, están muy saturados hoy, pero bueno, es un riesgo que corres.
- Gracias – contesta educadamente la garrula.

El coche pasó de largo. Creo que el gárrulo que conducía se hizo caca encima al pensar en la posibilidad de tener que ir andando a San Pedro a recoger su coche, que además acabaría hecho una mierda, porque chicos, la grúa deja secuelas en los coches, oh, vaya que si las deja, y más aún si están aparcados en mi calle que es bastante estrecha.

El caso es que la grúa no volvió a pasar. Deseé que hubieran encontrado aparcamiento en algún otro lugar, porque la tía me cayó simpática, y porque además estaba muy buena...


Domingo 7: Día de gordas

Al igual que el sábado es un día especial para practicar coching, el domingo es ideal para practicar personing. Pasean las familias y abundan los personajes de todo tipo. Y sobre las familias quería hacer un inciso, porque representan especimenes especiales a la hora de hacer personing. Suelen ir en grupos (porque si no no serían familia, sino sólo un tío margi) y suelen tener relaciones muy variadas entre los miembros que lo forman: el marido y la mujer, el cuñado, el abuelo, el sobrino, y el niño imbécil, normalmente. Lo más característico de las familias es que todos se parecen entre sí: o son todos gordos, o son todos bajitos, o son todos gilipollas, en fin, eso es cosa de nuestros amigos los genes.

Esta noche han pasado algunas familias, pero todas normalitas, no hemos podido hacer ninguna gracia mi padre y yo al respecto. Mi padre, que se ha unido a mí en esto de hacer coching sin que yo le diga nada (curioso el poder de atracción que tiene este deporte), es el que suele hacer los comentarios, porque tiene más experiencia, bien porque de joven él hacía coching (cosa que no consta en mis archivos personales) o bien porque en la consulta del médico se puede practicar una bonita variación del personing.

* La gorda.
He dicho que mi calle es estrecha, pero después de ver cómo esa señora de mil millones de toneladas paseaba por mi calle sin rozar las paredes he cambiado de opinión. Aquella mujer usaba de talla el ecuador. Comentario parido por mi padre: “Vaya mierdas que tiene que echar!!”.

* El escéptico.
Una ambulacia se para a unos metros de nuestra casa. Después de cinco minutos empiezo a sentirme dentro de una discoteca: “Mamá, un 43 con cocacola!!” “¿Qúe coño dices?” “Nada, se me ha ido. Ponme un granizado”. Llega entonces un hombre, y se pone a dar vueltas a la ambulancia, observándola. Comentario parido por mi padre (inspirado por Enrique San Francisco): “Que sí hombre, que es una ambulancia”.

* El gilipollas.
La ambulancia sigue ahí, y algunos curiosos se paran a mirar qué pasa. Detrás de las luces vemos que está observando el chaval que habíamos visto esa misma tarde en la playa mi padre y yo. Él me había dicho entonces:

- Mira, ese tiene cara de gilipollas.
- Papá, es que es así – yo sabía que el chico sufría alguna clase de retraso mental.
- Ah, bueno.

Mi padre ilumina su cara cuando lo reconoce detrás de la ambulancia:

- Mira Raúl!, el gilipollas!!

Cuando tú estas leyendo en tu mecedora, manteniendo una tensión anal y una concentración absoluta, un comentario así no puede provocarte otra cosa: te partes el culo, aunque luego sientas un poco de pena, pensando que el pobre no tiene culpa de ser retrasado. Pero es que los comentarios que se hacen mientras practicas personing nunca pueden ser tachados de políticamente incorrectos, porque son la salsa de este deporte.

* La otra gorda.
Al rato se va la ambulancia con un señor que entraba en ella por su propio pie, pero su mujer se queda ahí, y al rato viene un taxi, que se lleva a la mujer.
Mi madre: “Es que en la ambulancia me parece que no se puede montar otra persona aparte del enfermo”
Yo: “No, es que era muy gorda”


Martes 16: Europeos del Este con mala leche

Como podéis comprobar por la fecha, llevo bastantes días sin hacer coching. Hoy he decidido ponerme un rato, para mantener la costumbre y eso. Lo que pasa es que estamos en mala época, y casi no ocurre nada interesante.

Estábamos sentados todos en la puerta y a lo lejos ya se empezaron a oír los gritos de dos tíos morenos. Parecían moros, pero mi padre, que tiene un oído muy fino para los idiomas, descubrió que no hablaban ningún idioma árabe sino más bien el de algún país tipo Bosnia, Bulgaria o vete tú a saber. El caso es que iban dándole patadas a una botella de Kas Limón de 2 litros vacía.

La botella queda a unos metros de ellos después de una nueva patada. Cuando uno de ellos va a darle se le adelanta el otro, y el que ha perdido su oportunidad se gira y le increpa con una violencia verbal sólo alcanzable por una mujer en plena menstruación:

- #·=)!”@#€|||!·$(¡/% AIFJ)?!?)$U!?)M·XUR~)Q!!!!!

Nuestra interpretación: ¡¡Serás hijo de la gran puta, le iba a dar yo cabrón, era mi jodido turno pedazo de mierda con ojos!!
Traducción real: ¡¡Tío, que bien has golpeado la botella, me he quedado maravillado con tu calidad. Puedes seguir golpeando tú sólo la botella, y yo te observaré admirado!!
(Ya se sabe que en un idioma como el ruso por ejemplo, alguien está siendo amable contigo aunque tú, que no lo entiendes, crees que se está cagando en tu padre.)

Y los tíos siguen dándole patadas hasta que llegan a la puerta de nuestra casa y se paran justo justo detrás mía. Sólo los oigo gritar:

- |#|€#|#&/?·”!@|#€|#|·($!!!
- @@€¡1#€D=QY!”$?!)U?E!
- ¡¡!!#

Nuestra interpretación:
- Una patada más y estás muerto cabrón.
- La patada se la voy a dar a tu gordo culo.
- Que te follen.
Traducción real:
- Ahora te toca darle una patada. – No, por favor, tú primero amigo. – Insisto.

Los europeos del este siguieron su camino hasta la siguiente calle, dando patadas a la dichosa botella haciendo un ruido de la hostia, hasta pararse de nuevo. Uno de ellos empuja al otro contra un coche y dice:

- |@|!”·&!$!&$·||#€||€&%!!

Nuestra interpretación: - Vas a morir hijo de perra!!
Traducción real: - Deja que te quite un bicho que llevas en la camiseta.

Y desaparecieron en la siguiente calle... Sinceramente creo que nuestra interpretación era la auténtica realidad. Mi padre comentó que seguro que ya se estarían dando de palos.


Miércoles 17: Niño gilipollas

Esta noche lo único que ha pasado ha sido un niño gilipollas con botella de agua incorporada. Se ha dedicado a vaciarla con violencia contra la carretera. Realmente penoso. No se puede esnifar pegamento sin que te deje daños irreparables en el cerebro.


Conclusión

La verdad es que han sido pocos los días que he practicado coching este verano. Estuve un par de días más practicándolo a finales de agosto, pero para esos entonces ya casi no había gente y no existía ese buen feeling de los primeros días. No era temporada alta. No había contra quién despotricar. No quedaban almas que desnudar. Qué triste se pone uno cuando termina la temporada de coching, ¿será porque coincide con el final de las vacaciones?


3 Comentarios:

A las 3:18 a. m., Anonymous Anónimo que es un crack dijo...

Diossss!!! El año q viene me apunto al coching y al personing sin falta!! Kiero
sentir en mis propias carnes la practica de los susodixos deportes y experimentar un partimiento de culo como el q me ha producido la lectura de este gran relato pijante. Sigue poniendo historias pijantes tio!!! Sigue asi!!

Soy el primero q te firma!! ouuuuuuuyeA!! VILIJANTES 3!!

 
A las 4:00 p. m., Anonymous Anónimo que es un crack dijo...

ey ola xiko kuanta imaginacion tienes jaja.el kaso esk seguro k lo haces en momentos de locura ya k yo tambien hago kosas asi(bueno no tan desarrolladas)el kaso esque esto esta bastante bien.en kuanto al don de la oportunidad me identifiko un poko kon el ya que quien no tiene un momento de apuro de esa magnitud(o mayor)todo el mundo lo a practicado alguna vez en su vida(sin querer klaro esta.y eso k te valla todo bonito k yo me voy en breve a estudiar para selectividad(ahora no pegan nada ese tipo de examenes)es lo k toka.besos

 
A las 3:25 p. m., Blogger kalles que es un crack dijo...

HOla Gahaaaann!!
Me gusta muchisimo como redactas "todo"; especificando los actores de las escenas, los espectadores, el escenario...
Este deporte podría convertirse en un buen corto!!

Me he reido muchisimo leyendo, y es que... joder!!! eres muy muy observador!!

Te conozco pokito, pero si no te conociera de nada, pensaría que te habrías fumado unos cuantos antes de escribir sobre "Coching".

Un besote, desde el desierto pueblo

 

Publicar un comentario

<< Home