jueves, noviembre 17, 2005

El chico que nunca había tenido caries

Fabuloso corte de pelo de Raúl

Después de recibir un fabuloso corte de pelo y alisamiento estilo japo en una gran peluquería, la peluquería de Toni (todo un crack) me dispuse a ir a una nueva clínica dental. No era mi clínica habitual, sino la clínica VitalDent, que, como se está promocionando ahora, te regala la primera revisión y la primera limpieza bucal (ya sabes, cuando te meten toda clase de aparatos y pastas vomitivas en la boca para que luego tus dientes tengan un extraño brillo fluorescente y la comida no te sepa a nada durante una semana.) Íbamos mi hermana y yo. Muy probablemente mi hermana saldría peor parada que yo, pues a ella le dolía ultimamente la boca al comer y por mi parte yo jamás había tenido una caries.

Nada más llegar nos atiende una chica bastante guapa y tocadora. Su sonrisa era auténtica, sincera y encantadora. Nos sentamos mientras ojeamos a la gente que había alrededor con caras de estar esperando horas, y por supuesto pillamos unas revistas de marujeo totalmente desactualizadas. Ojear una revista así es idiotizante y entretenido, justo lo que necesitábamos.

Entonces cuando se me cerraban los ojos aparece otra simpática enfermera,
pero la sonrisa de ésta era más artificial, al principio no lo noté, pero a medida que pasó la tarde me convencí de que no expresaba felicidad o simpatía sino ganas de captar clientes (también llamados en esta clínica "primos".) Nos lleva a mi hermana y a mí a una salita. Al entrar creo que llegué a ver en la puerta el letrero "Salita 101". Comienza a explicarnos cómo funciona todo esto:

- La primera consulta es gratuíta, así como la limpieza. Y si la odontóloga ve que es necesario meter pasta pa la saca, ups!, quiero decir, hacer algún empaste u ortodoncia, pues ya se os dará cita para otro día. ¿Cómo me habéis dicho que os llamáis? - su voz era seductora cual sirena.
- Raúl Muñoz.
- Irene Muñoz.
- Vaya! ¿soys hermanos?
(No, nos acabamos de conocer en la sala de espera)
- Sí, claro.
- Bueno, a ver, Irene, ¿a tí que te pasa?
- Me duele la muela al tomar cosas dulces - ella toma nota haciendo garabatos.
- ¿Y a tí Raúl?
- A mi nada, sólo vengo por la limpieza - gratis, por supuesto - pero a mí no me duele nada, ...jamás he tenido ninguna caries...

La chica no toma nota de eso, pero seguro que mentalmente está haciendo garabatos en su cerebro. De nuevo toca esperar mientras nos llaman para hacernos una radiografía total de la boca. Ahora me pillo una Quo, revista de rigor científico donde las haya, y empiezo a hojear hasta que llego al consultorio chechuar, sección siempre atractiva a mentes sucias como la mía. Lo primero que leo es:

"Tengo 22 años y nunca se me han dado mal las chicas, pero al haber pasado por una mala relación me he vuelto desconfiado. Tengo gran cantidad de material pornográfico en el ordenador y me masturbo con frecuencia, ¿es esto normal?"

Joder, para qué mirar el nombre, esta carta la podría haber escrito cualquiera. La siguiente carta es mejor:

"Por fin he encontrado el famoso punto G, lo que pasa es que el mío en vez de un punto es una zona y no está exactamente donde debería estar. La experiencia fue tan fuerte que me dieron mareos y casi pierdo el conocimiento. Estoy asustada y no se si volver a repetirlo"

La respuesta era científica e interesante pero no os la voy a reproducir al completo. Era algo así como que las mujeres al llegar al climax desconectan totalmente su cerebro, incluso son incapaces de tener algún sentimiento. Por eso, si alguna chica os dice que os quiere en el gran momento... no os fiéis chicos. Inciso:[ Y chicas, si un chico dice eso mismo al llegar a su climax, desconfiad igualmente (esto no se si tendrá base científica, pero seguro que es más verídico que lo otro) ].

En ese momento
me di cuenta de que la música que sonaba en la sala de espera estaba más fuerte de lo normal, ¿por qué diablos será? A todo esto aparece la señorita Miss Simpatía Estereotipada, diciendo que le toca a mi hermana hacerse la radiografía. Luego me contó mi hermana lo que le sucedió en la sala de rayos X... Mi hermana entra en la sala y entonces la chica le comenta:

- Pues según he visto no os parecéis mucho tu hermano y tú. A ver, tú eres la que se parece a tu madre, y tu hermano se parece a tu padre, ¿verdad? - sonrisita esperando aprobación.

La contestación de mi hermana es tan directa como de costumbre:

- NO. De hecho todo el mundo dice que somos igualitos, y además mis padres no se parecen en nada a nosotros. Pero bueno! :)

Luego me tocó a mí hacer la radiografía. Para el que no lo sepa tienes que morder una boquilla de plástico mientras una máquina da una vuelta alrededor de tu cabeza.

- Ahora quédate muy quieto. Esto va a dar una vuelta alrededor de tu cabeza. No te asustes.

Se apaga la luz y pienso:
- Si asustarme no me asusta. Lo único es que con lo gorda que tengo la chamola, esta máquina cuando pase por mi colleja me va a dar un ostiazo que me voy a quedar guripo.

Finalmente la máquina pasa a ras de mi colleja estropeando mi bonito alisado de pelo estilo japo.

De nuevo tenemos que esperar, así que vuelvo a coger mi revista super científica de la muerte y sigo pasando páginas hasta que me encuentro un gran titular: "Se ha encontrado el pene en el cerebro del hombre". El titular va acompañado de una gran foto estilo radiografía en la que se ve un manubrio insertado en un cerebro. Mirad, mejor ni os explico de qué iba el artículo... Desde luego que era todo un trabajo de investigación, sí señor.

Entre los acordes de una cancioncilla que sonaba en Europa FM se oye un grito desgarrador, como aquellos que hicieron famoso al videojuego Unreal, por su realismo y el miedo sicológico que te metían en el cuerpo. Ya sé para qué tenían la música tan fuerte...

Vuelve a aparecer la chica y ya por fin nos introduce en la temida habitación de la silla. Mira mi radiografía y exclama sorprendida:

- ¡No tienes ningún empaste!
- Ya.
- ¡Eso es algo muy poco normal! - dice mientras sonríe de forma engatusadora. Supongo que debo sentirme alagado. No tengo nada artificial en mi boca. Debe ser algo así como ser una treintañera, estar muy buena, y a pesar de ello no haber pasado aún por la cirugía estética. Después de este razonamiento apestoso decido sonreir orgullosamente.

Pues bien, llega la doctora y sienta a mi hermana en la silla, le abre la boca, y como si fuera el mismo Oratio de CSI mientras mira a la pared le señala en la boca diente por diente:

- Caries en la 17, otra en la 19, sendas en 36 y 37 ...hummm 46 y 47 también.

Mientras, Miss Simpatía toma nota de todo en su papelito. Ostia!! según esta pava mi hermana tiene toda la boca podrida!! Ahora es cuando empieza el auténtico número. Entre las dos atosigan a mi hermana diciéndole lo mal que lo ven, que la 36 y 37 necesitan intervención con urgencia, que "yo de tí no me esperaría mucho", etc, etc. Mi hermana ya ha sido alterada fácilmente:

- ¿Pero por qué? Diosss!! Quítamelas! Rápido, rápido! Me voy a morir!
(...no era para menos...)

Después de que se fueran un rato las dos y nos dejaran a solas en la habitación de la silla (supongo que para fumarse unos havanos), volvió la doctora sudaca para examinarme a mí. Yo estaba confiado, jamás había tenido una caries, y todos los anteriores dentistas habían elogiado la magestuosidad de mi dentadura y su excelente protección salival. Pero después de unos vistazos la doctora pone cara rara y coge otro instrumento de rascar. Oh, dios mío.

- Apunta la 17... y la 24.
(¿Qué? ¿Cómo? Yo, ¿caries? ¿Como es posible?)
- Seguramente te habrá salido porque no te has pasado bien el hilo dental por esa zona.
(¿Hilo dental? ¿Y eso qué cojones es?)
- Y necesitas ortodoncia.
- Sí, ya, pero no me la voy a poner - la doctora sonríe de la misma forma que se sonríe cuando acabas de perder 500 euros.

Y nada, la doctora ha hecho ya su trabajo y se despide. Nosotros nos vamos con la chica relaciones públicas de nuevo a la salita 101 (maldita sea!, se ha dado cuenta de que yo aún no estoy lo suficientemente convencido y necesito tener otra sesión en aquel lugar hostil.) Nos hace unas fichas y todos nuestros datos quedan registrados en una ranciaplicación estilo Windows 95. Mientras nos explica (creo que porque lo he preguntado yo) lo que es un empaste: está hecho de "composít" (un material que tiene que ser la poya por lo que vale... seguramente también lo usan para juntar las piezas de las lanzaderas espaciales) y blablabla. Luego empiezo a percibir las últimas intentonas de la clínica para bajarnos los pantalones y empezar a darnos pomada.

- Irene, tienes una dentadura muy bonita, no debes dejar que se estropee, esas caries son urgentes ;) - todo dicho con una gran sonrisa artificial.
- Raúl, y ¿qué me dices de la ortodoncia?
- No, yo paso de ortodoncias.
- Bueno, es tu boca, tú sabrás lo que haces ;) - otra sonrisa, un poco más borde.

Y mi hermana y yo al fin salimos de aquel infierno, ojeando los impresos que nos había dado con nuestro diagnóstico:
"Revisión ........ 0 euros
Limpieza ........ 0 euros
Reestructuración pieza 17 ......... 48 euros" (y así con todas las piezas dentales señaladas por la doctora).

En otra hoja que llevamos vienen los precios genéricos: "Empaste simple: 24 euros, Con Reestructuración: 48 euros". Y yo mientras caminamos me pongo a pensar.

- ¿Y no podríamos hacernos sólo empastes simples que son más baratos? ¿A qué huelen las reestructuraciones? ¿Por qué su sonrisa era a la vez traidora y morbosilla? Pues que sólo me quiten la caries, y el hueco que se quede, pues no sé, ya se tapará con algún trozo de tocino o algo, saldría más barato...

Llegamos comentando las mejores jugadas a mi casa.

- Mamá, prepara la billetera: 400 euros.
- ...pero tranquila, que la limpieza es gratis.


2 Comentarios:

A las 1:52 p. m., Anonymous Anónimo que es un crack dijo...

Soy raúl,te escribo de Argentina,buscando cortes de pelo,entre sin querer a tu blogg y me atrapastes con tu historia de la adontologa hasta el final.La verdad, que si tenes 22 años y escribis historias como estas,podrias pensar seriamente en hacer un monologo en algun espacio artistico.Confieso que solo una parte me dio un poquito de conquilleo,cuando nombrastes a la odontologa,como sudaca, por que yo soy latinoamericano, pero eso es tal vez a mi falta un poco de humor o de como soy,aca tambien hacen chistes en referencia a la ignorancia de los españoles y tampoco me gusta.Te felicito y sigo buscando mi corte de pelo para pelo ondulado.

 
A las 1:26 p. m., Anonymous Anónimo que es un crack dijo...

Jejeje gracias por tu comentario Raúl. Por cierto, yo también me llamo Raúl. Siento la utilización del adjetivo "sudaca", no era mi intención ofender ;)

Pues la verdad es que tengo muy abandonado el blog, ya que no escribo desde hace años y era una cosa que me gustaba bastante. Ahora tengo 25 años.

El caso es que ahora en Enero me iré de España a Amsterdam (Holanda) para trabajar allí durante unos meses. Quizá retome el blog para contar mis experiencias en Holanda.

 

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