viernes, septiembre 23, 2005

La enfermedad ataca a los más pequeños

Sí amigos, esta vez le ha tocado a mi pobre periquito Chispi, tan querido por todo el mundo y parte del extrangero. El pobrecillo ha enfermado, está muy débil, y ya me preocupa. Hace una semana empecé a notar que ya no teníamos que gritar "CÁLLATE CHISPIIIIIIII!!!" cada vez que íbamos a ver nuestra serie favorita o alguna peli. Eso me hizo pensar que pasaba algo raro. Y es que el tío lleva ya una semana en postura fetal periquituna, durmiendo a todas horas del día, pasando de nosotros. Te acercas a incordiarlo un poco y ni se molesta en picarte con mala leche como hacia antes.
La comprobación final de que de verdad está mal ha sido hoy, que lo hemos hecho salir de la jaula. Hacía movimientos erráticos y torpes, tropezándose con todo. Cuando volaba daba pocos aletazos y aterrizaba como si estuviera aprendiendo todavía a volar, y encima he podido cogerlo con la mano, cosa que nunca jamás se deja hacer...
Estoy bastante preocupado por él. Si le pasara algo, ¿quién me va a alegrar a mi los ratos en el salón con sus conversaciones absurdas consigo mismo, con sus movimientos violentos de cabeza como si estuviera poseído, o con sus picoteos medio a mala leche medio de broma?
Ahora voy a llamar a mi tío que entiende de esto a ver. Según la veterinaria le falta vitamina B12 y probablemente haya cogido el estado chochil, pero como no puede perder un jersey porque no tiene pues claro, se ha puesto más enfermo de lo normal.


martes, septiembre 20, 2005

Convaleciente por una cerveza

¿Quién me diría a mí que salir por la puerta de mi casa este domingo iba a destrozar así mi vida? Nadie se lo hubiera imaginado, si no seguramente me habrían avisado. Salí con el Bernardes a tomar UNA birra. Y eso hice, me tomé una Estrella Levante en República. Cuando le di el último trago supe que algo no andaba bien dentro de mí. Pero aun así me tomé la tercera parte de una Alhambra en Troya. No la terminé porque ya no cabía duda de que algo no iba bien. Llegué a mi casa feliz y contento, me acosté y me dormí esperando levantarme unas 10 horas después disfrutando del sol por mi ventana y las sábanas enredadas en mi cuerpo serrano. Qué ingenuo. A las 4 de la mañana ya fui al aseo la primera vez, le siguieron muchas más veces. Toda la noche estuve yéndome de bareta y potando. Calculo que fueron lo menos 20 veces de lo primero y 3 ó 4 de lo segundo, la verdad es que perdí la cuenta en cuanto la paranoia por los 38 grados a los que estaba mi cuerpo me hizo perder la noción de la realidad. ¿Qué es la matrix? ¿Me tomaré la pastilla roja? Sí, me tomo el Fortasec.
A la mañana siguiente no fue mucho mejor, yo seguía metido en una pesadilla. Pasé de estar convaleciente en la cama a estarlo en el sofá, por variar un poco. Me fijé en que mi periquito no era capaz de mantenerse en pié, estaba tan somnoliento como yo. Entonces descubrí que teníamos una especie de conexión vital, como E.T. y Elliot. Los anuncios de la tele me hacían llorar. Veía anuncios de zumos, de agua mineral, de ricos batidos. Yo mataría en ese momento por algún líquido fresco. Incluso se me hizo la boca agua al ver la noticia de un hombre que le echaba a su coche como carburante aceite de la cocina de un restaurante, mmmmm aceite usadooooo,argrgrgr. (Imagináos lo mal que estaba.) En los ratos en los que podía mantener los ojos abiertos me tragué Amarte así, Frijolito, ...en qué hora!! Cuando volví a la cama estuve intentando averiguar quién iba a ser el asesino de Fransisco Reyes, dándole vueltas a todo lo que habían dicho los personajes, estudiando minuciosamente las expresiones que tuvieron al hablar, las razones y motivos que moverían a cada sospechoso. En definitiva, una auténtica paranoia ...Ya mi temperatura rozaba los 40. Lo que siguió a eso fue como un bucle infinito:
for(;;) {
Pegar un trago de agua de la botella al lado de mi cama.
Volver a mi postura fetal sintiendo retortijones.
Seguir pensando en el asesino de Fransisco Reyes.
Comprobar que mi temperatura sigue igual que antes.
Sentir que voy a morir de deshidratación.
}
Todo este bucle duró hasta esta mañana, es decir, durante unas 20 horas. Ahora ya me encuentro mejor, he visto Matrix Revolutions y no he tenido ninguna paranoia. Debe ser que estoy sano. El problema de todo esto es que he perdido peso,...mucho peso. Si hace una semana pesaba 85 kilos, mi peso habitual, que jamás he conseguido superar, hoy peso 78 kilos!! y de esos 7 kilos que han volado 2 se fueron sólo en este último día. Voy a tener que comer mucho para recuperarme. Quizá le pida a mi madre que me cocine una vaca entera.
Chicos, yo de vosotros me lo pensaría dos veces antes de tomarme una cerveza, también podría pasarte a tí...

¬¬


miércoles, septiembre 14, 2005

Emulando al Dios del tenis

Mi contrincante tenía en el brazo la fuerza del mismo diablo. Su dureza era inversamente proporcional a su estatura. Con un metro cuarenta y cinco se podía llegar a decir que era muy duro. Yo devolvía bien las bolas, o eso creía. Las ajustaba a la línea. Casi todas fuera. Pero esta vez mi raqueta no tenía un gran agujero, en algo había cambiado. Yo estaba dando espectáculo. Llebaba una camiseta como la de Nadal, solo que de color sudor, llevaba unos pantalones como los de Nadal, solo que comprados en el mercado, llevaba unas zapatillas como las de Nadal, solo que éśtas no tenían suelas...

Íbamos 5-2 y 15-40, sacaba yo. El set era mío, ...sólo tenía que ganar 3 juegos y remontar este. Lanzo la bola al aire, todo se pone a cámara lenta, una paloma pasa volando tapando el sol. Cuando la bola alcanza su altura óptima la golpeo con gran potencia, bota dos veces antes de llegar a la red, y recuerdo entonces que debe botar primero en el otro campo. "Media!" dice el pequeño diablo al otro lado del campo de batalla. El siguiente saque es perfecto. El peloteo es duro: dejadas, globos, tiros cruzados. En una de las pasadas me llega una bola a la parte de trasera de la pista, voy corriendo hacia ella mientras pienso: "¿Se la devuelvo mirando para otro lado como haría Ronaldinho? ¿Le doy con la raqueta por debajo de las piernas? ¿O tiro volando la raqueta simulando que no llego para levantar al público de su asiento con mi espectacular golpe?. Entonces algo me saca de mis cavilaciones, es el señor Dolor, ese cabronazo que hacía tiempo que no me visitaba. Sé que me he roto, lo sé porque las cosas ya no pasan a cámara lenta y yo estoy tirado en el suelo retorciéndome como un gusano. Se oye un "Ooooh!" en la grada, luego gritos, alguien dice por el fondo: "Aaaaajaja, te gana un niño pequeñooo!".
Mi contrincante me pregunta por mi estado, evidentemente no estoy bien, pero yo soy un tipo duro. ¿Qué haría Rafa Nadal en este caso? O mejor aún, ¿qué haría Jesucristo?
Sí, eso haría. Me levanto y sigo andando hasta la línea. "Te toca sacar a tí", lo señalo con mi raqueta y simulo cortarme el cuello con ella. Sí, una vez más el hombre espectáculo había ganado, la gloria volvería a ser mía,
...aunque hubiera perdido de forma humillante el primer set.

Ahora estoy en mi casa convaleciente en el sofá, pero eso no lo sabe mi público, ninguno de ellos, ni el portero del Barnés y ni los tres gitanillos que buscaban a su colega. ¿La razón de todo esto? Pisé una maldita pelota.


viernes, septiembre 09, 2005

Depeche Mode ha vuelto...

Depeche Mode ha vuelto, y estoy seguro de que su nuevo disco me llegará al alma como hicieron sus otros discos (en especial el Songs of faith and devotion). Aquí os dejo la letra de la canción que me parece muy bonita. Por cierto, ¿sabéis que voy a ir al concierto de Barcelona? Siiiii nena siiiii. Y esta noche (por cierto) voy al de Orishas... yuhuuuuuuu!!!

Depeche Mode - Precious

Precious and fragile things
Need special handling
My God what have we done to you
We always tried to share
The tenderest of care
Now look what we have put you through

Things get damaged
Things get broken
I thought we'd manage
But words left unspoken
Left us so brittle
There was so little left to give

Angels with silver wings
Shouldn't know suffering
I wish I could take the pain for you
If God has a master plan
That only He understands
I hope it's your eyes He's seeing through

Things get damaged
Things get broken
I thought we'd manage
But words left unspoken
Left us so brittle
There was so little left to give

I pray you learn to trust
Have faith in both of us
And keep room in your hearts for two

Things get damaged
Things get broken
I thought we'd manage
But words left unspoken
Left us so brittle
There was so little left to give

Depeche Mode Web

miércoles, septiembre 07, 2005

El don de la oportunidad

Esta noche, siendo como son las 5.30 de la madrugada, después de haber salido por la Curva, no se me ocurre mejor forma de terminar el día que hablándoos un poco sobre una de mis habilidades innatas: el don de la oportunidad.

Para el que no lo sepa, el don de la oportunidad es un don que no suele ser bienvenido por la persona a la que le toca poseerlo, y muchísimo menos aún por la persona que sufre en sus carnes los efectos de este curioso don.

Hoy ese don ha vuelto a actuar para mí.

Previo de la jugada: Ari, una de mis mejores amigas, hace una semana que se lió con un tal Zape, amigo de su hermano. A mí esto me hizo pensar en Campi, no se muy bien por qué... El caso es que el tío parece gustarle mucho. Esta noche se han vuelto a ver y, por supuesto, han vuelto a intercambiar fluidos (que asqueroso suena eso, nota mental: dejar de usar ese tipo de expresiones de interpretación fácil para las mentes sucias). Eso al menos me ha contado Ari, antes de salir de la Bastilla, que es cuando debíamos buscar a Dalia, que debía dormir en casa de Ari.

Jugada: Salimos afuera (porque no creo que sea posible salir para adentro) y nos encontramos con Dalia y dos tíos, uno es Antonio, amigo de Dalia, y el otro, bueno, debe ser amigo del amigo de Dalia, pienso yo. Es cuando el don que llevo en mi interior empieza a actuar y después de que Ari diga algo que no entendí del todo bien digo:

- Ari, ¿dónde está Zape? ¿pues no me decías que esta noche tú y el hmhmhmmhm (sonidos insinuantes de rollete, sexo, o como se quiera interpretar)?

A lo que Ari contesta señalando al supuesto amigo del amigo de Dalia:

- Raúl, este es Zape.

He aquí la culminación del don, cuando la confusión toma forma, y la humillación de la persona elegida por mi elocuencia flota en un ambiente denso. Para darle un poco de vidilla al momento digo:

- Joder, el mundo es un puto pañuelo!!

La verdad es que visto así es una tontería, pero lo peor hubiera sido si dijese absolutamente todo lo que me pasa por la cabeza. En ese momento, antes de la frase mágica me acordé del capítulo de los Simpson en el que Homer va a un hotel con una tía y el botones le dice que en esa habitación... y empieza a hacer una infinidad de gemidos y gruñidos animales, durante 30 segundos de reloj. Joder, 30 segundos de reloj, cómo me pude reír con ese capítulo. Hubiera podido decir una cosa así a Ari sobre ella y el tal Zape. Ciertamente me habría dado la oportunidad de reírme de mí mismo a carcajada limpia, aunque la humillación de Ari habría sido brutal, también hay que pensarlo.

Luego Ari me comentó que su hermano no sabía nada sobre su lío con su amigo, que no le comentase nada. Menos mal que me lo dijo, porque conociéndome, mientras íbamos de camino a casa yo iba hablando con su hermano, y en lugar de hablar del gimnasio y la piscina y lo que mola, seguramente le habría dicho algo como “Por cierto, ¿y a ti qué te parece que tu amigo le coma la boca a tu hermana?”.

Esto no ha sido nada, he tenido intervenciones mucho más humillantes, no para mí claro, ya que una característica de este don es que humillas sólo a los demás, y sin quererlo. Pero bueno, la memoria no me acompaña ahora para contaros algo mejor.

Cuando naces tienes una ficha en la que se muestran todos los dones conocidos, y Dios, que es un cachondo además de un gandúl, va marcando al tuntún con una X las casillas que le vienen en gana. Para mí por supuesto ticó la dichosa casilla de la oportunidad. Esto va dedicado a todos aquellos que, como yo, han sido marcados con este don.


Practicando Coching en Lopagan

El coching es un deporte bastante extendido entre los pueblos pequeños de España. Cuantos menos habitantes tiene el pueblo más aficionados hay en él a este deporte, aunque pueda parecer paradójico. Es muy conocido por gente de todas las edades, ya que es bastante fácil practicarlo, ni siquiera hace falta realizar esfuerzo físico. No es comparable al ajedrez, ya que en este deporte ni siquiera hace falta realizar un esfuerzo mental...

El estilo de juego es sencillo. Es preciso tener una silla, mejor aún si es una mecedora (si quieres practicarlo en la forma más clásica). Y, aunque sea más difícil de conseguir en estos tiempos, debes tener una casa con un portal que dé a una calle. Debes sentarte y esperar a que pase un coche, momento en el que lo miras, con una cara carente de expresión (valga la rebuznancia), mientras pasa a tu lado, hasta que se aleja. En este momento puedes optar por volver a tu estado de mutismo y bloqueo mental, habitual al practicar este deporte (en este aspecto se asemeja a la pesca), o puedes lanzar algún comentario sarcástico con el fin de divertir a tu acompañante o de poner a prueba tu agilidad mental.

Este es el coching básico, realizado en pueblos. Pero en el verano surge otra nueva forma de hacerlo, ya que las calles que rodean las casas de la playa hay una fauna tan variada que la práctica de este deporte se convierte en un auténtico placer. También puedes acompañar con la toma de un granizado de limón del Mercadona o la lectura de una revista. La calle que pasa por mi casa es bastante buena, ya que aparte de coching se puede practicar personing (deporte federado desde 1982), que es una variante del coching en la que se observan pasar viandantes en lugar de vehículos. Este último deporte es más entretenido, ya que puedes ver a la gente con más claridad, con lo que puedes lanzar comentarios sarcásticos ofensivos de una forma más precisa.

Este verano me he propuesto practicar estos dos deportes a nivel profesional, gracias a mi privilegiada posición (os recuerdo que vivo en segunda línea de playa, bastante cerquita de la famosa Curva de Lopagán), e iré anotando mis experiencias en este diario, para que el resto del mundo pueda apreciar la belleza de esta absurda forma de perder el tiempo.


Mis días de coching en Lopagán

Sábado 6: El festín de la grúa

Es sábado por la noche, y no he salido de fiesta. Aprovecho esta estupenda oportunidad para comenzar la temporada de coching. La grúa no para de llevarse coches, se están poniendo las botas. Un espectáculo de luces seguidas de coches remolcados impera en mi calle. Es bastante bonito ver cómo un coche es atrapado por una grúa. Es incluso más impresionante que las persecuciones a cámara lenta de un guepardo a una gacela, de esos que se ven en el Discovery Channel, os lo aseguro. De vez en cuando se ven luces, la grúa está cerca, en ese momento se desata el pánico. Un pobre gárrulo (garrulae vulgaris) corre despavorido para proteger a su cría motorizada del cruel ataque de la grúa. Al rato pasa un coche que se para a mis espaldas (también se puede hacer coching de espaldas, pero sólo si eres muy crack), y una garrula asoma cabeza, cuarto y mitad de teta, y kilo y medio de maquillaje, por la ventana del buga:

- Oye, ¿sabes si la grúa se lleva los coches? - pregunta

La respuesta es obvia, las grúas se hicieron para eso, para llevarse los coches, pero como la chiquilla debe referirse a mi calle en concreto le ofrezco mi más sincera respuesta:

- Pues están toda la noche pasando por aquí, ya se han llevado unos cuantos, pero hay algunos aparcados, puede que la grúa no vuelva a pasar por aquí, están muy saturados hoy, pero bueno, es un riesgo que corres.
- Gracias – contesta educadamente la garrula.

El coche pasó de largo. Creo que el gárrulo que conducía se hizo caca encima al pensar en la posibilidad de tener que ir andando a San Pedro a recoger su coche, que además acabaría hecho una mierda, porque chicos, la grúa deja secuelas en los coches, oh, vaya que si las deja, y más aún si están aparcados en mi calle que es bastante estrecha.

El caso es que la grúa no volvió a pasar. Deseé que hubieran encontrado aparcamiento en algún otro lugar, porque la tía me cayó simpática, y porque además estaba muy buena...


Domingo 7: Día de gordas

Al igual que el sábado es un día especial para practicar coching, el domingo es ideal para practicar personing. Pasean las familias y abundan los personajes de todo tipo. Y sobre las familias quería hacer un inciso, porque representan especimenes especiales a la hora de hacer personing. Suelen ir en grupos (porque si no no serían familia, sino sólo un tío margi) y suelen tener relaciones muy variadas entre los miembros que lo forman: el marido y la mujer, el cuñado, el abuelo, el sobrino, y el niño imbécil, normalmente. Lo más característico de las familias es que todos se parecen entre sí: o son todos gordos, o son todos bajitos, o son todos gilipollas, en fin, eso es cosa de nuestros amigos los genes.

Esta noche han pasado algunas familias, pero todas normalitas, no hemos podido hacer ninguna gracia mi padre y yo al respecto. Mi padre, que se ha unido a mí en esto de hacer coching sin que yo le diga nada (curioso el poder de atracción que tiene este deporte), es el que suele hacer los comentarios, porque tiene más experiencia, bien porque de joven él hacía coching (cosa que no consta en mis archivos personales) o bien porque en la consulta del médico se puede practicar una bonita variación del personing.

* La gorda.
He dicho que mi calle es estrecha, pero después de ver cómo esa señora de mil millones de toneladas paseaba por mi calle sin rozar las paredes he cambiado de opinión. Aquella mujer usaba de talla el ecuador. Comentario parido por mi padre: “Vaya mierdas que tiene que echar!!”.

* El escéptico.
Una ambulacia se para a unos metros de nuestra casa. Después de cinco minutos empiezo a sentirme dentro de una discoteca: “Mamá, un 43 con cocacola!!” “¿Qúe coño dices?” “Nada, se me ha ido. Ponme un granizado”. Llega entonces un hombre, y se pone a dar vueltas a la ambulancia, observándola. Comentario parido por mi padre (inspirado por Enrique San Francisco): “Que sí hombre, que es una ambulancia”.

* El gilipollas.
La ambulancia sigue ahí, y algunos curiosos se paran a mirar qué pasa. Detrás de las luces vemos que está observando el chaval que habíamos visto esa misma tarde en la playa mi padre y yo. Él me había dicho entonces:

- Mira, ese tiene cara de gilipollas.
- Papá, es que es así – yo sabía que el chico sufría alguna clase de retraso mental.
- Ah, bueno.

Mi padre ilumina su cara cuando lo reconoce detrás de la ambulancia:

- Mira Raúl!, el gilipollas!!

Cuando tú estas leyendo en tu mecedora, manteniendo una tensión anal y una concentración absoluta, un comentario así no puede provocarte otra cosa: te partes el culo, aunque luego sientas un poco de pena, pensando que el pobre no tiene culpa de ser retrasado. Pero es que los comentarios que se hacen mientras practicas personing nunca pueden ser tachados de políticamente incorrectos, porque son la salsa de este deporte.

* La otra gorda.
Al rato se va la ambulancia con un señor que entraba en ella por su propio pie, pero su mujer se queda ahí, y al rato viene un taxi, que se lleva a la mujer.
Mi madre: “Es que en la ambulancia me parece que no se puede montar otra persona aparte del enfermo”
Yo: “No, es que era muy gorda”


Martes 16: Europeos del Este con mala leche

Como podéis comprobar por la fecha, llevo bastantes días sin hacer coching. Hoy he decidido ponerme un rato, para mantener la costumbre y eso. Lo que pasa es que estamos en mala época, y casi no ocurre nada interesante.

Estábamos sentados todos en la puerta y a lo lejos ya se empezaron a oír los gritos de dos tíos morenos. Parecían moros, pero mi padre, que tiene un oído muy fino para los idiomas, descubrió que no hablaban ningún idioma árabe sino más bien el de algún país tipo Bosnia, Bulgaria o vete tú a saber. El caso es que iban dándole patadas a una botella de Kas Limón de 2 litros vacía.

La botella queda a unos metros de ellos después de una nueva patada. Cuando uno de ellos va a darle se le adelanta el otro, y el que ha perdido su oportunidad se gira y le increpa con una violencia verbal sólo alcanzable por una mujer en plena menstruación:

- #·=)!”@#€|||!·$(¡/% AIFJ)?!?)$U!?)M·XUR~)Q!!!!!

Nuestra interpretación: ¡¡Serás hijo de la gran puta, le iba a dar yo cabrón, era mi jodido turno pedazo de mierda con ojos!!
Traducción real: ¡¡Tío, que bien has golpeado la botella, me he quedado maravillado con tu calidad. Puedes seguir golpeando tú sólo la botella, y yo te observaré admirado!!
(Ya se sabe que en un idioma como el ruso por ejemplo, alguien está siendo amable contigo aunque tú, que no lo entiendes, crees que se está cagando en tu padre.)

Y los tíos siguen dándole patadas hasta que llegan a la puerta de nuestra casa y se paran justo justo detrás mía. Sólo los oigo gritar:

- |#|€#|#&/?·”!@|#€|#|·($!!!
- @@€¡1#€D=QY!”$?!)U?E!
- ¡¡!!#

Nuestra interpretación:
- Una patada más y estás muerto cabrón.
- La patada se la voy a dar a tu gordo culo.
- Que te follen.
Traducción real:
- Ahora te toca darle una patada. – No, por favor, tú primero amigo. – Insisto.

Los europeos del este siguieron su camino hasta la siguiente calle, dando patadas a la dichosa botella haciendo un ruido de la hostia, hasta pararse de nuevo. Uno de ellos empuja al otro contra un coche y dice:

- |@|!”·&!$!&$·||#€||€&%!!

Nuestra interpretación: - Vas a morir hijo de perra!!
Traducción real: - Deja que te quite un bicho que llevas en la camiseta.

Y desaparecieron en la siguiente calle... Sinceramente creo que nuestra interpretación era la auténtica realidad. Mi padre comentó que seguro que ya se estarían dando de palos.


Miércoles 17: Niño gilipollas

Esta noche lo único que ha pasado ha sido un niño gilipollas con botella de agua incorporada. Se ha dedicado a vaciarla con violencia contra la carretera. Realmente penoso. No se puede esnifar pegamento sin que te deje daños irreparables en el cerebro.


Conclusión

La verdad es que han sido pocos los días que he practicado coching este verano. Estuve un par de días más practicándolo a finales de agosto, pero para esos entonces ya casi no había gente y no existía ese buen feeling de los primeros días. No era temporada alta. No había contra quién despotricar. No quedaban almas que desnudar. Qué triste se pone uno cuando termina la temporada de coching, ¿será porque coincide con el final de las vacaciones?